Yo también soy persona, y si me pinchas, sangro.

sábado, 30 de abril de 2011

Sin reflexionar, inconscientemente, irresponsablemente, espontáneamente, involuntariamente, por instinto, por impulso, irracionalmente. En realidad no tengo argumentos lógicos, ni siquiera improvisados.

sábado, 23 de abril de 2011

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 Las sonrisas siempre nos hacen parecer felices aunque estemos tristes, estado que hay que ocultar para que los demás, aquellos que se preocupan por nosotros, no se preocupen.


Ella pensaba buscarlo, él encontrarla. Él solo quería verla, ella quería al menos un beso. Ella esperaba en silencio, él no quería dejar de escucharla. Él miraba sus ojos, ella miraba sus labios. Ella lo apreciaba, él la quería. Ella se convenció rápido, él nunca se dejo vencer. Ella no cree en milagros, él los piensa crear.




sábado, 9 de abril de 2011


Muchas veces confundimos la amistad con el amor. Ambos sentimientos se entrelazan tan de cerca que es muy difícil diferenciarlos, más aun cuando esa amistad se da entre un hombre y una mujer. La teoría general del romance dice que: si un hombre y una mujer son amigos es porque a uno de los dos le gusta el otro. Es posible; sin embargo, esto no dice nada malo en contra de la amistad y mucho menos del amor. El amor es sólo una forma mas elevada de amistad, y una forma mas violenta también. Toda la admiración, toda el cariño, todos lo buenos sentimientos que tenemos por la otra persona se elevan, se exaltan, y nace el amor. Y está bien que así sea, no hay nada de malo en eso, es casi natural que nos veamos atraídos por nuestra amiga o amigo en algún momento de nuestra amistad. Esa persona con la que hemos compartidos tanto tiempo, que nos ha ayudado en las etapas difíciles, que nos a escuchado pacientemente ¿Cómo no habría de gustarnos? ¿Cómo, llegado el caso, podríamos evitar la tentación de pensar en besarla? Los momentos críticos unen, mezclan los sentimientos como en un lavarropa y es muy difícil distinguir el amor de la amistad.
Es historia. O presente. Es quererte y volver a caer. Es olvidarme y olvidar el por qué. Es tu boca. Es tu pelo. Es el cigarrillo que sujeto entre mis dedos. Es cantar para olvidar. Es cantar por no llorar. Es beber y no recordar. Es querer un poco cada día y quedarme sin final. Es la melodía. Es la cuarta letra. Es la tonta canción bonita en una mierda de libreta. Es volver a beber y volver a llorar. Es querer morir para ya no recordar. Es historia y no presente. Es historia y no futuro.
Charles compraba cada día el mismo helado. En la misma tienda. Y a la misma hora. Pero no era feliz. Y se notaba. Se encontraba sumergido en una intensa rutina. Y cómo lo odiaba. Un día decidió cambiar su helado de turrón por uno de fresa. Un no por un sí. Un grito por un susurro. Y entonces descubrió que su vida jamás había sido tan dulce.

Dulce frustación.

Siento que siento que algo va mal. El qué. No lo sé. Yo no soy yo. Tú no eres tú. Y a dónde vamos. No sé. Enfrente tú y yo. Pero tú estás ahí. Yo estoy aquí. Y pasa el tiempo. No vas a venir. Yo no voy a ir. Seguimos así. Tú enfrente de mí. Yo enfrente de ti. Tú no estás por la labor. Yo tampoco lo estoy. Una historia ridícula. Ni siquiera con corazón. Tú, frío y yo. Tú estás aquí. Yo estoy ahí. Y seguiremos así. Algo va mal.

Quisiera que lo fuesen siempre. Porque… ¿Qué sería de mí sin esa felicidad que todas ellas rebosan? Yo lo soy si ellas lo son.
Porque da igual el tiempo, la distancia, las discusiones que alguna vez hemos tenido, porque no importa nada. Porque, al fin y al cabo, el destino acabó dejándome un pedazo de cada de ellas. Y las adoro por ello. Ellas. Ellas saben quiénes son. Sí, sí, tú, y tú, y tú, y tú, y tú… La que me saca una sonrisa nada más verla. La que, con sólo una mirada, sabe cómo me siento. La que es incondicional siempre.
Puede que si. Puede que no. Sinceramente, sino lo intentamos nunca lo sabremos. Alomejor estamos perdiendo el tiempo; o alomejor lo estamos ganando.
Reímos, lloramos, nos emocionamos continuamente, pero nunca jamás sabremos lo que hay detrás de eso si no lo intentamos... 

Inténtalo venga, sé que puedes.

Hoy voy a brindar por todos los besos que no me vas a dar, por todos esos polvos que no vamos a echar, por todos los lugares a los que no iremos, por los aniversarios que nunca celebraremos.


Siempre había oído eso de que las cosas prohibidas suelen hacerse demasiado tentadoras, pero hasta hace poco no había sido realmente consciente. Supongo que era por inocente, pero todos crecemos, cambiamos, y, en algún momento, todos dejamos de ser pequeños niños ingenuos.Ahora, las tentaciones hacia todo aquello a lo que no se me permite acercarme empiezan a ser demasiado fuertes,atrayentes. Y no me refiero a drogas, ni a tabaco. Ni tan siquiera alcohol. No. Hablo de algo diferente, de otro tipo de droga, de otro tipo de adicción, de una atracción distinta. Me refiero a tí.



En la vida aparecen personas de alguna parte que te marcan la existencia. Es un juego del destino que coloca en tu camino a gente que, por arte de magia, o sin ella, influyen en tu comportamiento y hasta te hacen cambiar tu forma de ser. Despliegan tal red sobre ti que quedas atrapado por su esencia, sea cual sea...

-"¿Ves por qué nunca me vas a dejar de importar? ¿Te das cuenta de por qué?... Porque siempre estás, siempre.
-Siempre esté yo o no... Y siempre voy a ti, y estás."