Y cuando llegas a casa, después de una tarde chillando, riendo, bailando, sintiéndote libre, piensas, cuando por fin estás sola, que hay algo dentro de ti que te pide a gritos plantar cara y darles un abrazo. No sentir que te mira y callarte. Mirarse los dos, con una sensación extraña dentro que no te deja sostenerle la mirada demasiado tiempo. Porque sientes sus ojos taladrándote y aunque te guste notar que te mira, tú callas y sonríes, tú escuchas un: 'Te estaba mirando' y asientes ilusionada. Sientes un pequeño vacío cuando te tiras sobre tu cama y abrazas tu almohada. Porque esperas que ese pequeño saco de plumas se convierta en su piel suave y en su mirada profunda.
Para prevenir ilusiones rotas, lo mejor es no hacerse ilusiones.
Pero sin esperanzas, ¿qué sentido tiene vivir?
Para prevenir ilusiones rotas, lo mejor es no hacerse ilusiones.
Pero sin esperanzas, ¿qué sentido tiene vivir?
No hay comentarios:
Publicar un comentario