Yo también soy persona, y si me pinchas, sangro.

lunes, 29 de noviembre de 2010

¿No te ha pasado que escuchas mucho una canción y te recuerda a alguien? ¿Que no la puedes dejar de escuchar, se te graba a fuego y la tatarareas a todas horas? Y te gusta porque te recuerda a él, porque cada verso cobra vida en tu imaginación, creas una historia estúpida, en la cual, solo hay dos protagonistas él y tú. Cada vez que la escuchas una felicidad invade tu cuerpo y te pones a bailar. En tu estómago sientes un leve cosquilleo y te vuelves tonta y te sonrojas. Después te das cuenta de que es imposible, de que nunca va suceder y empiezas a llorar porque te creas falsas esperanzas. Abrazas fuerte la almohada y eso te tranquiliza un poco y finalmente te quedas dormida intentando aceptar la realidad

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